Pasó ya un mes de la Fiesta de la Vendimia celebrada en la provincia de Mendoza, y en medio de la pandemia que se está viviendo en todo el mundo, el proceso de elaboración del vino continúa. Y es que luego de esa fiesta, en la que se celebra la recolección de la uva, entra en juego el proceso de fermentación. Desde Velo, queremos contarte en qué consiste este segundo paso, qué factores intervienen, qué elementos son necesarios, entre otras cosas.

¿Qué es la fermentación del vino?

Si nos basamos en la definición de la Real Academia Española, para determinar el significado de fermentación, no es más que una degradación por acción enzimática, dándole lugar a un producto más sencillo. Ahora bien, si lo aplicamos al vino, es la función capaz de transformar el jugo de la uva en una bebida con graduación alcohólica.

¿Quiénes forman parte de este proceso?

Levaduras: son las encargadas de consumir el azúcar generando el dióxido de carbono y el metal, dos elementos importantes en la elaboración del vino. También crean otras sustancias como los ácidos acéticos y lácticos.

Densidad: este segundo punto, nos permitirá saber la graduación alcohólica de un vino.  Cuando medimos la densidad, podemos saber la cantidad de azúcar que falta por fermentar, es decir, cuanto falta para que el jugo de uva se transforme en bebida alcohólica.

Contacto con el aire: contradictoriamente al momento de tomar una copa de vino, en la que se recomienda qué al descorchar un vino, tenga contacto con el aire, durante el proceso de elaboración debemos evitar esto. Un contacto con el aire, puede generar la detención de la fermentación. VELO ofrece tanques de acero inoxidable con cierres magnéticos para evitar justamente esta posibilidad.

Temperatura: este ítem puede transformarse en el más importante, puesto que una temperatura excesiva conllevará a la pérdida de elementos aromáticos y un incremento del amargor. Cabe señalar, que dependiendo si el vino es blanco o tinto, la fermentación del vino varia: más alta en los vinos tintos y más baja en los blancos.

¿Qué tipos de fermentación existen?

Alcohólica: se lleva a cabo tanto con el mosto como con la uva entera. Aquí, los azúcares del mosto se transforman en alcohol mediante un proceso físico producido por las levaduras. Dura entre 10 y 15 días y se realiza en depósitos de acero inoxidable, de cemento, arcilla o en barricas madera.

Maloláctica: al utilizar este tipo de fermentación, conseguimos un vino con una acidez más equilibrada. Una vez concluida la primera fermentación (alcohólica) pasamos a esta siguiente. Transforma los ácidos málicos en ácidos lácticos, por el conjunto de bacterias que hay en el vino.

En Botella: existen caso, como lo son los vinos espumosos, que deben su peculiaridad al hecho de desarrollar su segunda fermentación ya en la botella. Se agrega a un vino de baja graduación, una pequeña cantidad de azúcares y de levadura, que iniciará nuevamente la fermentación.

En Barrica: también conocida como maceración alcohólica, se realiza una fermentación alcohólica intracelular. Los racimos se meten en el depósito y se añade mosto para iniciar la fermentación. De a poco, veremos que las uvas se van rompiendo por la presión y liberando el jugo.

Siguiendo estos consejos y tipos de fermentación, conocimos un poco el proceso de elaboración del vino. En VELO, ofrecemos productos que se adaptan enteramente a las necesidades en el proceso de fabricación de vino. Te invitamos a recorrer nuestra web y conocer más sobre este mundo.